No todos los que leeis este blog entendeis catalán, pero lo que sí, os invito a pasar por el blog de mi amiga Alba. Ella está de Erasmus en Milano, y es increible pero lo que dice es exactamente como me siento yo ahora mismo (a la derecha teneis el link...)
Ya solo falta un mes para volver por Navidad, y ya hace tres que llegué a la Ciudad del viento, ahora más conocida como la ciudad de Obama. Parece que fue ayer cuando aterrizó mi avión, me despedí del tipo tejano que amenizó el viaje, y conocí a la que sería mi compañera por un año... ayer son tres meses.
Ya estoy bastante acostumbrada a la vida en Chicago. Clases, homework, laboratorio, aprender cada día algún palabro nuevo... y birras, claro. Es una rutina que parece que vaya a ser para siempre, que no se acabe, pero el tiempo pasa. Que digo pasa, el tiempo va subido en el AVE y en este país no hay ni socabones ni Magdalenas Álavarez. Parece que estoy viviendo en una realidad paralela, en un mundo a parte al mío, separado por un océano y unido por el Skype. Las costumbres más arraigadas hay que dejarlas de lado, porque simplemente no caben en este nuevo mundo, y por eso parece ficiticio. Que fue del marcar a todas horas y por cualquier chorrada el "mamá movil"? Y la cena delante de la tele con una bandeja viendo el telediario+el tiempo+serie de los martes en la cuatro? Llamar a los yayos una vez a la semana después de cenar, e ir al mercadona, claro. Ahora hay que llamar a mediodía, cuando no tienes nada que contar de lo que has hecho durante el día, porque simplemente tu día acaba de empezar (te acostaste a las 3 y te has levantado a las 10, corre a la uni que llego tarde y llama antes de entrar al comedor, si llevas el ordenador=skype a cuestas; sinó, llama al día siguiente, mierda, ya son las 5, que son las 12, ya están durmiendo). El mercadona se ha convertido en el Jewel, donde te vuelves loca para encontrar unas galletas de desayuno normales y corrientes, que no lleven mil cosas raras y que simplemente sean "galletas"; o bien, si hace demasiado frío para ir hasta el super, comprar las groceries on-line. O sea, del Hacendado querido a escoger a través de la pantalla el tipo de manzanas que quieres, o cebollas, que luego en vez de cebollas te traen cebolletas y qué haces? Pues te las comes... Una realidad rara, que te acostumbras, que te gusta, pero que hay algo ahí que dice que no es tu realidad, que es otra cosa, pero nadie te dice que és! Es "algo", que es genial y que está pasando demasiado rápido...
Un besito y buenas noches!!
Ya solo falta un mes para volver por Navidad, y ya hace tres que llegué a la Ciudad del viento, ahora más conocida como la ciudad de Obama. Parece que fue ayer cuando aterrizó mi avión, me despedí del tipo tejano que amenizó el viaje, y conocí a la que sería mi compañera por un año... ayer son tres meses.
Ya estoy bastante acostumbrada a la vida en Chicago. Clases, homework, laboratorio, aprender cada día algún palabro nuevo... y birras, claro. Es una rutina que parece que vaya a ser para siempre, que no se acabe, pero el tiempo pasa. Que digo pasa, el tiempo va subido en el AVE y en este país no hay ni socabones ni Magdalenas Álavarez. Parece que estoy viviendo en una realidad paralela, en un mundo a parte al mío, separado por un océano y unido por el Skype. Las costumbres más arraigadas hay que dejarlas de lado, porque simplemente no caben en este nuevo mundo, y por eso parece ficiticio. Que fue del marcar a todas horas y por cualquier chorrada el "mamá movil"? Y la cena delante de la tele con una bandeja viendo el telediario+el tiempo+serie de los martes en la cuatro? Llamar a los yayos una vez a la semana después de cenar, e ir al mercadona, claro. Ahora hay que llamar a mediodía, cuando no tienes nada que contar de lo que has hecho durante el día, porque simplemente tu día acaba de empezar (te acostaste a las 3 y te has levantado a las 10, corre a la uni que llego tarde y llama antes de entrar al comedor, si llevas el ordenador=skype a cuestas; sinó, llama al día siguiente, mierda, ya son las 5, que son las 12, ya están durmiendo). El mercadona se ha convertido en el Jewel, donde te vuelves loca para encontrar unas galletas de desayuno normales y corrientes, que no lleven mil cosas raras y que simplemente sean "galletas"; o bien, si hace demasiado frío para ir hasta el super, comprar las groceries on-line. O sea, del Hacendado querido a escoger a través de la pantalla el tipo de manzanas que quieres, o cebollas, que luego en vez de cebollas te traen cebolletas y qué haces? Pues te las comes... Una realidad rara, que te acostumbras, que te gusta, pero que hay algo ahí que dice que no es tu realidad, que es otra cosa, pero nadie te dice que és! Es "algo", que es genial y que está pasando demasiado rápido...
Un besito y buenas noches!!